Esta meta está sujeta a regulaciones que propicien la exportación y habiliten el desarrollo de infraestructura adecuada para evacuar la producción.
Sólo la mayor disponibilidad de crudo permitirá escalar progresivamente los saldos exportables, que en el 2030 promediarían los USD 21.500 millones anuales.
Si se agregan las exportaciones de gas y otros productos derivados de los hidrocarburos, las ventas al exterior podrían representar más de USD 29.000 millones anuales.
El sector es fuente de divisas y dinamizador de la economía y este poder se potencia con cambios en el marco legal que animen inversiones, como las plantas de licuefacción que permitan despachar gas al mundo por barco.
Si estas condiciones no se concretaran, las ventas externas se reducirían a U$D 6200 millones en petróleo y USD 1000 millones en gas y el saldo comercial externo podría disminuir a USD 5000 millones.
Para la prosperidad exportadora, son clave los contratos de suministro a largo plazo y la disponibilidad de producto para atender a los compradores que confían en la provisión argentina.
Argentina cuenta con Vaca Muerta, la segunda mayor reserva de gas y la cuarta de petróleo a nivel mundial.
El desarrollo de la producción ya permitió disminuir las importaciones, con el un impacto positivo en la balanza comercial. Entre 2011 y 2022 se importaron más de USD92.000 millones en productos energéticos.